Cruce de Ideas

Por Martín Calderón.

Desde que asumió el poder el actual mandatario estatal, Miguel Ángel Yunes Linares en el estado de Veracruz, los índices de inseguridad y violencia se han disparado de manera alarmante en todo el territorio veracruzano, y en específico en la zona sur, donde desde balaceras, secuestros, robos, ejecuciones, son tema de todos los días en los diferentes medios de comunicación.

Tan solo en el municipio de San Andrés Tuxtla, han acontecido eventos que han teñido de rojo a la ciudadanía, quienes hartos de esta ola de violencia que se ha generado recientemente, salieron a marchar por las principales calles de San Andrés exigiendo bajo el grito de “justicia” a los diferentes actores políticos que tienen el poder, que pongan especial atención en materia de seguridad, ya que es insuficiente y cada día los índices delincuenciales crecen exponencialmente.

Sin embargo, cabe recalcar que el gobierno municipal que preside actualmente el Ing. Manuel Rosendo Pelayo, ha tomado cartas en el asunto en varios conflictos, aunque realmente, el número de elementos es insuficiente y debemos recordar que incluso, en fechas pasadas, se suscitó el cese de elementos de la policía municipal por no acreditar el examen de confianza quienes protestaron frente al palacio municipal, considerando injusto su baja de las fuerzas municipales pero no teniendo bases sólidas para solicitar su reinserción a las fuerzas policiacas.

Y es que, entre las consignas de la sociedad civil que se congregó para marchar “pacíficamente” como protesta y medida de presión para que las autoridades pongan atención a los crímenes que se han suscitado recientemente, muchas fueron dirigidas al munícipe Rosendo Pelayo, quienes incluso exigían frente a palacio municipal su presencia, ya que de forma irracional, ilógica e injusta, se le llegó incluso a culpar por los crímenes cometidos recientemente, tomando un clima acalorado por no tener respuesta.

Debemos entender aquella vieja frase que reza “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”, porque en realidad, el gobierno del cambio que tanto pregonaba el Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, solo lo hizo de partido y de color, porque en realidad, hasta el momento, Veracruz ocupa el deshonroso primer lugar en secuestros del país con más de 100 víctimas hasta el momento, y los homicidios incluso se han duplicado en el primer semestre en comparación con el gobierno Javier Duarte con más de mil quinientos, entonces es donde como sociedad debemos preguntarnos, ¿dónde está el cambio que nos prometieron? La violencia que se ha gestado en nuestro municipio no es particular, si no es en todas las regiones que conforman nuestro bello estado, así que realmente no creo que estemos culpando a la gente correcta.

Tan solo en días pasados, el mismo gobernador reprochó a la prensa veracruzana que en el combate que mantiene la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General del Estado en colaboración con las fuerzas federales contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, el reconocimiento jamás llega, expresando que es más sencillo destruir con los comentarios, la pluma o tras una computadora el trabajo que hacen las fuerzas de seguridad en el estado que reconocer lo bueno que realizan en pro de la seguridad, y lo verdaderamente irrisorio es que compare el trabajo que realizan ellos contra el de la prensa, ya que sentenció que es más fácil y cito “tomar una computadora y escribir o subir a la red un comentario negativo de la policía, que tomar un arma, subirse a una patrulla, subirse a la carretera y enfrentar a la delincuencia”, frase que mencionó durante la clausura del operativo “Tormenta Negra” de la policía federal en Veracruz, lo que me hace pensar que menosprecia el trabajo de la prensa que documenta la violencia que se gesta en nuestro estado, así que no veo cabida para la comparación que demanda el mandatario estatal, ya que debemos recordar que al menos nuestro país mantiene el primer lugar en muertes a periodistas quienes solo hacían su deber, comunicar a la sociedad.

Tan solo nos resta esperar a que nuestras autoridades actúen de manera correcta y que nuestras instituciones de seguridad dejen de verse rebasadas por el crimen organizado y sobre todo, que las familias quienes han sido víctimas de estos delincuentes, encuentren justicia en el sistema que acuse y condene a quienes les arrebataron la tranquilidad y la paz a ellos, y a todos como sociedad.

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